Bolivia es uno de los países más locos que conozco. I mean it, literalmente. Un caos donde todo tiene su orden, donde nadie disimula el tráfico de drogas, y donde sobornar a un policía es lo que corresponde.

No existe un meta-mundo del deber ser que presiona a sus ciudadanos. Los camiones se caen por los barrancos de los caminos de montaña, las cholitas te cobran de más si pueden, los mineros de Potosí siguen ofrendando sus pulmones “al tío de la mina” (el diablo), y siempre es un buen día.

Más allá de lo pintoresco, de las comunidades perdidas en los Andes, de la brutal belleza del Salar de Uyuni bajo la luna llena. Es por todo el combo que deberías visitar Bolivia.

Desde la gloria colonial de Sucre hasta el lago Titicaca en la frontera con Perú, y desde la selva del Parque Nacional Madidi hasta jungla urbana de La Paz, Bolivia ofrece una diversidad sin igual en Sudamérica y resiste como un orgulloso bastión de aromas y saberes milenarios donde respiran, sin temor a la extinción, mercados de brujas, carnavales y lenguas nativas.

Para toda la información práctica, lee mi Guía de viaje a Bolivia

Mi libro sobre Sudamérica

Caminos Invisibles – 36.000 km a dedo de Antártida a las Guyanas fue escrito tras 18 meses de viaje por caminos secundarios de toda Sudamérica, revelando lugares desconocidos y un análisis del alma del continente, región por región, incluyendo Argentina, Bolivia, Paraguay, Perú, Ecuador, Colombia, Venezuela y las Guyanas, además de la Antártida. 7º edición. ¡8.500 ejemplares dando vueltas!

Lo básico para viajar a Bolivia

Más info para tu viaje a Bolivia

 

  Bolivia: 3 imprescindibles

Sucre, la ciudad blanca, con sus casonas coloniales y alojamientos boutiqe, sus iglesias y sus vírgenes bordadas de diamantes, es visita obligada. 

El Salar de Uyuni, a casi 4000 metros de altura, es el salar más grande del mundo. Un mundo flipante de saly, luna y trenes abandonados.

Potosí, una mina de plata explotada desde tiempos incaicos que ilustra mejor que ningún otro destino la psiquis de Bolivia y el karma de la explotación colonial.   

  Bolivia desconocida

Entre Sucre y Potosí, en la Cordillera de los Frailes, las comunidades jalqas permiten un contacto íntimo con el corazón andino de Bolivia, entre caseríos quechuaparlantes y son la zona ideal para un trekking de tres días entre comunidades. Producen textiles con unos colores y simbología únicos y no te encontrarás en el camino con otros viajeros

            Lee la crónica de las Comunidades Jalqas

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  Bolivia para mochileros

Tuve muy buenas experiencias recorriendo Bolivia como mochilero y haciendo dedo. Muchos camioneros acostumbran cobrar por “pasaje” y bastantes autos funcionan como taxis informales, pero también hay muchos vehículos de clase media y pronto aprenderás a diferenciarlos.  

He encontrado más hospitalidad en las zonas llanas, de Sucre hacia el este, que en las alturas. La cultura andina es algo parca y esto limita un tanto las interacciones.