Recorriendo Argentina a dedo: la Ruta Nacional 149: de Uspallata a Calingasta.

Caminamos hacia el norte desde Uspallata, pasando por un cuartel del ejército y algunos barrios nuevos. Habíamos comprado cartón corrugado amarillo y un marcador negro para hacer un cartel bien visible, pero no tuvimos tiempo de ponernos a trabajar. En 3 minutos estábamos arriba de una vieja camioneta Chevrolet. Era un albañil que iba al paraje San Alberto, a 10 km de allí. En San Alberto nos pusimos a crear el cartel.
Hay dos opciones a la hora de preparar carteles para hacer dedo: los tradicionales, que indican el destino; y los que en cambio describen el viaje que uno está haciendo. Muchas veces en Europa había traducido la frase “Alrededor del mundo” a varios idiomas para hacer carteles. Otra vez, en Escocia, había probado exitosamente un “Touring Scotland from Argentina” donde los nombres de los países habían sido reemplazados por sus banderas. En San Alberto hicimos algo parecido. Cortamos un cuadrado amarillo, le hicimos un borde negro a la manera de una señal de tránsito y dentro escribimos la palabra “Recorriendo” sobre el perfil de un pulgar negro, y debajo improvisamos una bandera Argentina con papel celeste y blanco, con sol y todo.

Steven estaba convencido de que todos iban a leer “Recorriendo Argentina”, pero yo le expliqué la poca tradición que tiene la lectura de símbolos y abreviaturas en nuestro país. En Argentina tenemos topónimos extensos, pero no usamos abreviaturas para ellos. “RA” es Argentina en nomenclatura vial internacional, por eso los carteles de las rutas nacionales llevan esa sigla, pero no tendría caso usar en un cartel. Sería más fácil en Alemania, donde Heidelberg se abrevia HD, y Berlín es B. Holanda es NL… pero no me arriesgaría a intentar abreviar “Santiago del Estero”.Es raro que con lo vagos que somos no hayamos desarrollado un sistema de abreviaturas. En los años 80 el sistema de patentes utilizaba una letra para cada provincia, pero dudo de que alguna vez un mochilero haya utilizado esas siglas para indicar su destino. (si alguien sabe de algún caso por favor me comente)

Con nuestro flamante cartel esperamos al costado del camino. La única sombra la proporcionaba un eucalipto desagradablemente cerca de un panal de abejas. En una hora y media, se detenía Roberto, un ingeniero agrónomo quien viajaba a Calingasta en su doble cabina Toyota. Roberto se especializa en ajo. Nos enteramos de que San Juan es el segundo exportador mundial de ajo después de China. El trabaja en una planta deshidratadora de una firma norteamericana, donde se extraen esencias que se utilizan para producir tintas de colores para impresoras. “O eso es lo que me cuentan, agrega. Ya sabés cómo son los americanos, que tu mano derecha no sepa lo que hace tu mano izquierda”. El paisaje es llano y árido, con manchones de pastos amarillos y la cordillera de fondo. Solitaria, nos acompaña una nimbus (nube formada no por vapor sino por cristales de altura).

Roberto nos cuenta que toda esta zona pertenecía a los huarpes, quienes eran un proteccionado inca. A través de este contacto llegó la irrigación a la zona. Llegamos a Barreal como a un oasis. Nuestra vista se refresca al ver otra vez arboledas. Hace poco se instaló una planta empacadora de ajo, pero no funcionó por un problema cultural, según Roberto. Pagaban por cajón empacado, lo que hacía que los empleadores trabajaran hasta ganar $10 y se iban a sus casas. “Falta expectativa” – dice nuestro conductor. Lo cierto es que ahora se bajan los ajos en camión a Mendoza, y la gente de Barreal se sigue quejando de que no hay trabajo en su pueblo…

En la estación de servicios de Barreal frenamos a tomar un café, que Roberto nos invita. Nos muestra, en su portátil, fotos de manadas de avestruces que encontró en otros viajes en la misma ruta. Probamos las semitas (panes locales) y partimos. En el camino vemos plantaciones de nogales y de álamos (que se utilizan para hacer cajones para transportar fruta), pero es sobre el ajo que seguimos aprendiendo. Roberto cuenta que es uno de los cultivos que reparte las ganancias más democráticamente, por su necesidad de procesarlo, desgajarlo o deshidratarlo. Además me entero de que los primeros ajos crecieron en Afganistán. En Mendoza, un sitio donde todos los ingenieros agrónomos tienen perfil en uvas, Roberto es un bicho raro… (sigue en entrada siguiente)
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Esas nubes son bonitas, y no aparecen en todos lados… no puedo recordar el nombre ahora, quizá algún parapentista sepa 🙂
Te copiaré la idea del cartelito sin destino 😀
Buen viaje!
me encantó la foto del cartelito!
Muy buen dedo!
Estuve en uspallata con intención de llegar al PN el Leoncito pero esa ruta es bravísima!
Desistí despues de un par de horas.
Felicitaciones por el logro,quizás no lo hayan valorado tanto como lo vale!
Espero hayan mirado las estrellas en el Leoncito…
Saludos.
HER.
Hola gentes,
Taleb, esas nubes se llaman nimbus, y no están formadas por vapor sino por cristales…
El cartelito quedó lindo , no?
Her, a esa ruta le teníamos un miedo bárbaro, y nos quedamos flasheando despues`por la suerte que tuvimos…
nos vemos!
Vi esas nubes cuando me fui al sur de Argentina. Son muy bellas y diferentes de las que tenemos en Brasil.
Ester*