Sonriéndole a tu ejecutor. Sólo un niño podría producir involuntariamente tan sabia respuesta ante la violencia.
Decenas de niños se divierten jugando sobre los vehículos militares abandonados por los soviéticos luego de la ocupación, en 1989.
Entre la toma previa y la presente hay sólo diez segundos de diferencia. Es lo que le tomó a todas estas personas encontrar su lugar en el cuadro sin que nadie se lo pidiera. No quedó más remedio que tomar la foto. Nunca vi gente tan predispuesta a la fotografía. Claro, si hubieran sido mujeres yo todavía estaría
Los soldados afganos en guardia a unos pocos metros no tardaron en ponerse celosos, y exigieron que se les tomara una fotografía. Cuando accedí, tomaron tantas armas como cabieron en sus manos y posaron como Rambo.