Desde 2005 me dedico a visitar países que la mayoría de las personas consideran peligrosos, y a derribar los estereotipos mediáticos que nos muestran medio mundo como una zona de desastre o conflicto.
Y a pesar de eso, tanto en Siria, como Afganistán o Somalilandia he recorrido el país a pie, viajando en autostop y conociendo gente maravillosa que me ha hospedado en sus hogares, y presentado a sus familias y se han convertido en embajadores de culturas milenarias de las que sabemos bien poco.
Es cierto que algunos de estos países tienen zonas localizadas de conflictos armados, donde grupos insurgentes operan desde las sombras, a veces controlando partes del territorio.
Durante años, el Kurdistán Iraquí fue un oasis de tranquilidad mientras en el Irak Federal había atentados suicidas día por medio.
En Sudán, Darfur es una zona gobernada por señores de la guerra, pero el resto del país era aún más seguro que Egipto.
Con frecuencia, estas zonas cambian y países antes seguros se cierran, o al revés.
Cuando hice mis viajes en Afganistán a pie, retratados en Vagabundeando en el Eje del Mal ponía mi vida en peligro cada día, pues los talibanes atentaban contra blancos occidentales y secuestraban trabajadores extranjeros con el fin de sabotear el gobierno central.
Hoy, son los talibanes los que incentivan el turismo y viajar por Afganistán pasó a ser algo completamente seguro…
Otros países, como Kirguistán, Albania o Irán, nunca han representado un riesgo para el viajero, pero suenan sospechosos sea por disidencias geopolíticas con Occidente o, simplemente, por terminar su nombre con “stan”.
En los artículos de abajo, prometo ir actualizando sobre la situación de seguridad en cada país, con consejos sobre cómo viajar de forma segura.
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