Serengeti había sido para nosotros una cátedra, una llanura sin fin en la que aprendimos cómo los ciclos de la vida y la muerte se alternan en las sabana, cómo los búfalos caídos se elevan al cielo en las entrañas de los buitres para los que han sido carroña tras haber sido cazados por leones, cómo las gacelas se vuelven intermediarias de la hierba entre el sol que la permite y sus depredadores leopardos. En contraste a toda esa acción, mi experiencia de safari en Ngorongoro fue más contemplativa.
A diferencia del espacio infinito y abierto del Serengeti, el Ngorongoro es la caldera extinta de un volcán que erupcionó hace 2.5 millones de años. Lo que me pasa con las calderas de volcanes y todo lo que puedan albergar, es que siempre me cuesta dimensionarlas.
La primera vez que visité una fue en Quimsacocha, Ecuador. Allí había una laguna en el cono de un volcán, pero la experiencia me decepcionó un poco, quizás porque todos tenemos una idea icónica y simplista de lo que debe ser un volcán. Y cuando te vas metiendo en el paisaje, lo hacés tan gradualmente que perdés la escala gráfica. Y al final, sólo sentí que había visitado una laguna pero no un volcán.
Pero Ngorongoro es distinto, quizás porque sus 18 km de diámetro le dan una escala monumental. Las faldas que sobrevivieron a la explosión de su cono se levantan a una altura de 600 metros sobre la planicie.
Recuerdo que ese día nos despertamos a las cinco de la mañana. Cortamos el aire fino y frío del alba bajo el ancho cielo africano, a 1800 metros de altura, y comenzamos a zigzaguear por una ruta poceada. Fue construida en 1959 y dibuja un trazado de 3 km en el fondo del cráter, sólo apto para vehículos 4×4.
Aunque las laderas se presentaron forestadas casi tropicalmente, cuando el jeep asomó la trompa al borde del cráter y comenzó a bajar, encontramos un panorama totalmente distinto.
Nos tomó unos segundos darnos cuenta que las minúsculas manchas oscuras que cambiaban de posición constantemente eran algunos de los miles de ñues y cebras que habitan en el cráter que, con 260 km2, es una de los espacios de África con mayor concentración de vida salvaje.
Más de 50 grandes mamíferos -leones, elefantes, jirafas, hipopótamos, rinocerontes, etc., habitan el área. El telón de fondo de esta Arca de Noé natural es el Lago Magadi, que a primer golpe de vista parece una salina.
Totalmente circundado por las paredes del cráter y sin posibilidades de desaguar en ninguna dirección, el lago tiene un elevadísimo nivel de sal debido a siglos de evaporación.
La paleta de colores típica de los climas áridos en combinación con ese lago-salina, me trajo recuerdos de Laguna Brava, en la provincia argentina de La Rioja. Dicho esto, he visto fotos del Ngorongoro en estación húmeda y todo brilla con un vede casi irlandés que crea una postal totalmente distinta.
Algo para anotar es que en Ngorongoro, los animales no migran como lo hacen en el Serengeti o Masai Mara de Kenia, en busca de agua y pasturas tiernas. El cráter, el lago y una retícula de humedales proveen agua todo el año y piletones de lodo donde se revuelcan a sus anchas hipopótamos y elefantes.
De todas las especies, la más preciada son los 24 rinocerontes que habitan el parque. La mala noticia es que también es la más preciada por los cazadores furtivos, motivo al que obedece su escaso número y previsible extinción.
Todo porque un puñado de chinos empoderados y jeques árabes creen en las propiedades afrodisíacas de su cuerno más que en Mao o en Allah. Los rinocerontes se encuentran monitoreados con satélite y vigilados por un sistema de rangers que intentan contener a los furtivos.
Por este motivo, la huella económica que deja el turismo es vital para mantener la infraestructura defensiva del parque y pagar los sueldos de los rangers.
Este es mi último post de la serie de safaris que realizamos en Tanzania. Si estás pensando en viajar a Africa del Este, el circuito norte de safaris en Tarangire, Serengeti y Ngorongoro deben estar escritos en piedra en tu itinerario.
Hay que notar que la política del gobierno de Tanzania, que constantemente aumenta los valores de las entradas a los parques y las tasas impuestas sobre las agencias, encarecen cada vez más el costo final de los safaris.
Sin embargo, sigue siendo algo en lo que ningún viajero debería escatimar. Cuando uno contempla en retrospectiva la intensidad de las experiencias grabadas en la retina, se da cuenta que no hay dinero mejor «gastado» durante un viaje por África.
A continuación, algunas postales de esa fría mañana de safari en Ngorongoro…
Tabla de contenidos
Información práctica para un safari en Ngorongoro
Cómo visitar
La mejor manera de hacer un safari en Ngorongoro es en combinación con el resto de los parques de Tanzania. Nosotros encontramos una agencia española que se dedica con terquedad y cariño al mercado hispano y, lo que es una ventaja invaluable, sus guías hablan castellano de forma fluida.
Si me escribes desde el formulario debajo, te paso mis contactos.
Te ayudamos a planificar tu safari en Tanzania
Si algo comprendí tras 15 meses de recorrer Africa por tierra es que la industria del safari ha perdido un poco el alma en manos del negocio. Si me consultas desde el formulario, será un privilegio para mí ponerte en contacto con una agencia española que realiza safaris con pasión y respeto en Serengetti, Tarangire, Ngorongoro, además de opciones más alternativas como el Lago Natron.
Cómo llegar
Quienes vayan por su cuenta deben seguir la carretera que parte desde Arusha, y tomar el desvío en el kilómetro 17. Son 193 km y unas cuatro horas de ruta. El parque abre a las 7 AM y cierra a las 7 PM.
Mejor época para visitar Ngorongoro
La estación seca (de fines de junio a octubre) es la mejor época para ir a Ngorongoro. Al tratarse de un cráter, es decir un espacio cerrado, las migraciones dejan de lado esta zona y la cantidad de animales no varía en consecuencia.
Camping: en Ngorongoro
Normalmente los safaris de acampada que recorren el circuito norte de Tanzania hacen noche en el Simba Camp que cuando lo visitamos estaba repleto. (Basta con que coincidan dos o tres camiones overlanders para colmarlo).
El espacio de acampada es amplio, pero la zona cubierta para almorzar y cenar es reducida y tuvimos que esperar.
Al estar a 1800 metros el frío es un factor, y dormimos dentro de la bolsa de dormir con dos pantalones puestos, ya que el termómetro marcaba 5 grados.
De hecho, no es mala idea, si vas a volar a Tanzania por vacacione sy no vas a tener que cargarla en la mochila durante un año, empacar una bolsa de agua caliente sólo pensando en la noche en Ngorongoro.
Por suerte, las duchas en el campamento son de agua caliente. Precio: si vas con Udare los gastos de camping están incluidos.
Si ya conocés Ngorongoro y querés compartir tu experiencia o tenés alguna duda, ¡dejalo a modo de comentario! Gracias por seguir esta aventura africana.
Hola chicos estamos queriendo viajar a esta zona de Kenia y Tanzania pero leyendo varios posteos incluido el tuyo estamos viendo que los safaris son extremadamente costosos, me encantaría pagarlo pero mí billetera no da para esos costos aparte del pasaje que ya es elevado. Uds cómo hicieron tantos safaris y a qué precios o hay una forma alternativa para que salga más barato? Gracias
Si, los safaris no son baratos, porque si los parques no generan divisa, no los mantendrían y se perdería la fauna. Nosotros no nos quedó otra que pagarlos, por eso sólo hicimos un safari en Tanzania, de 6 días que iba a todos los parques. Realmente, con ver Serengetti y Ngorongoro están hechos, los otros no suman tanto!
Juan, no estoy pudiendo desplegar tus vagabundeos desde el celular, hay algo errado en la configuración de la web, supongo, y tengo que «limitarme» a encontrar tus aventuras desde Google. (Ya te dejé un mensaje similar hace unos meses, semanas?) No problemo por mí, más, quizá muchos internautas se pierden tu repertorio por dicho error. Átenlo con alambre al menos, así se expande la cosa! Vamo arriba bo!
Debe ser un problema del menú, ahora me fijo!! Gracias por avisar!