Sólo el vacío queda de los otrora imponentes Budas de Bamián que atestiguaron el paso de las caravanas de la Ruta de la Seda. Menos célebremente, cientos de pequeñas cuevas monásticas pululan alrededor de los nichos vacantes de los grandes Budas.
Un nuevo monje autostopista rindiendo homenaje al sitio.
Vista del Valle de Bamián desde una de las cuevas.
Una menos romántica vista del Buda, con un tren delantero de camión abandonado.
Juan Pablo Villarino
Desde el 1 de mayo de 2005 recorro el mundo como mochilero para documentar la hospitalidad y la vida cotidiana de los destinos más insólitos a través de mis crónicas. Escribo libros de viaJe para contribuir a la revolución nómada.