El miedo, la portación de barba, los roedores y las flores….

Había afeitado mi barba por última vez en Irán, con la esperanza de que ésta creciera lo suficiente como para camuflarme culturalmente. Nunca pretendo pasara como local por una cuestión de sinceridad, de presentarme como lo que soy: un extranjero. Pero en Afganistán un poco de barba ayuda, añade respetabilidad a la persona que la porta. Ya no se trata de portación de cara, sino de barba.
Mientras yo temo encontrarme con los talibanes, un roedor me teme a mí…

Nadie asocia las flores con Afganistán, pero las hay y muy bonitas….

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