
En Congreso duró tres días. En el último, apareció Rafael Correa, rodeado por efectivos del GOE ametralladoras en mano, y dio un lago discurso, flanqueado por el Ministro de Educación. Los maestros estaban ansiosos por demostrar su repudio a la ley de municipalización, a la que interpretan como un paso previo a la privatización. En su discurso flotan mensajes tales como “con la firme convicción de luchar contra el imperialismo”. No dejó se citar a Gorki y, para compensar, al local Eloy Alfaro, diciendo que la educación laica no significaba ateísmo sino respeto a todas las posiciones ideológicas, guiño festejado por las monjas de la primera fila. Hay en su discurso algunas muletillas de propia invención: como “la patria nueva”, “la patria que ya es de todos”. Los maestros, igualmente, no dejaban de silbar cada vez que se pronunciaba el nombre de Vallejos, el Ministro de Educación, a tal punto que Correa empezó a nombrarlo una y otra vez sólo para divertirse. Correa intenta relativizar las cosas apelando a que “compañeros, no nos podemos quedar con reclamos económicos limitados a nuestro gremio, hay todo un pueblo”. Luego se reivindica: “no hemos pedido la perspectiva de la causa socialista”. Mary, la representante del gremio, pronto toma el micrófono: critica a Correa sin golpearlo, pero deja claro que rechazan la propuesta, y añade que los maestros: “son la reserva social y moral de este país”. Los milicos del GOE siguen con el dedo en el gatillo de sus armas las alternativas del debate. Los banderas con hoces y martillos no dejan de ondear, y contrastan con la revolución ciudadana de la que habla Correa, que parece más orientada a una especie de responsabilidad individual de los actos, a “reciclemos las baterías de nuestros celulares pero no molestemos a los empresarios que deciden las tarifas”. Correa insiste en que ahora, los maestros no tienen que preocuparse porque si hay diferencias, éstas son dentro de una misma corriente de izquierda, por lo que la lucha es de otras características. Termina con un “cuenten con nosotros maestros de mi patria, que nosotros contaremos con Uds”. No convence, pero carismático como es, se las ingenia para agradar hasta a sus enemigos. La respuesta de la UNE, sin emabrgo, se dilataría, pero se vería en las calles.
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