EN Afganistán se ven barbas realmente impresionantes. Todas comparten aproximadamente la longitud, aunque llegué a ver algunas que ocupaban una superficie similar a la de un rostro. Juraría que Afganistán está último en el ranking de ventas de Gilette. Las texturas varían: las hay compactas y dispersas, lacias y rizadas, triangulares y cuadradas, y otras que caen como cascadas de ceniza. Si a esto se le suman sus descomunales turbantes, blancos o con patrones geométricos, estamos ante las caras más grandes del mundo, desde cuyos curtidos rasgos asoman, a veces, ojos celestes o verdes. Si alguno de estos hombres me jurara que es un santo viviente que acaba de regresar a la ciudad luego de meditar ocho años en una cueva, yo le creería al instante….